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El desarrollo de la vista en el bebé


Entre los cuatro y siete meses desde el nacimiento del bebé, éste comienza a desarrollar una serie de habilidades y perfeccionamientos en torno al sentido de la vista y del oído. Los progresos que se alcanzan a partir de esta etapa serán cruciales para los siguientes años, donde el bebé ya contará con unos campos visual y auditivo suficientemente desarrollados.


En este artículo me centraré puntualmente en el sentido de la vista, el cual es testigo de progresos notables al estar el bebé en contacto con otros objetos y habiendo comenzado a tomar decisiones por sí mismo.
El bebé comienza a desarrollar paralelamente al desarrollo de su campo visual, un acentuado interés por lo que ocurre en el mundo que lo rodea, identificando un mayor número de objetos y utilizando su cuerpo para interactuar con ellos (en esta etapa surge la coordinación de la vista con las manos, por ejemplo).
Es a los siete meses cuando el bebé descubrirá nuevos colores como el rojo, el azul y amarillo, además de lograr distinguir formas complejas y enfocar objetos con mayor precisión y agudeza.
Al ser testigo de tantos nuevos descubrimientos, el afán cognitivo natural del bebé se va incrementando progresivamente, y reacciona de diversas maneras frente a diferentes estímulos, como por ejemplo verse al espejo.
Se trata de una etapa fundamental para el desarrollo sensorial que tiene importantes implicancias en el desenvolvimiento posterior del bebé. Como mamá o papá debes contribuir a su estímulo interactuando con él y acercándole nuevos objetos. Lo más importante es hacer que él tome decisiones por sí mismo.

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