ODIO Y RESENTIMIENTOS -----EMOCIONES HUMANAS
En dicho artículo se manifiesta que “Gonzaga, una universidad jesuita, tiene cinco profesores de distintas disciplinas que ofrecen clases sobre el tema. Kayla de los Reyes asistió a una de esas clases y dijo que la información que recibió la horrorizó y al mismo tiempo le dio esperanza. “El odio es una de las emociones humanas”, manifestó. “Todo el mundo odia en un momento u otro. Hay que aprender a controlar ese sentimiento”.
Además se comenta que “Nunca se ha estudiado a fondo el origen del odio entre personas, según Jim Mohr, de la Gonzaga University, que está desarrollando una nueva carrera académica enfocada en ese tema. El objetivo es explicar una condición que afecta a la humanidad desde que en la época de las cavernas un individuo miró con recelo a otro”.
La Humanologia, disciplina y método científico, que investiga en el mundo interior del individuo humano, el papel que desempeñan las tres capacidades encargadas de conducir las energías que dan origen a la de vida, propone tener en cuenta que la primera capacidad que interviene en su creación, es la capacidad sensible.
La capacidad sensible, cuenta con tres elementos imprescindibles para su funcionamiento. Elementos de naturaleza esencial e inconsciente y por lo mismo involuntarios.
El primero esta compuesto por las variaciones emocionales, que emplea para movilizar las energías vitales, el sistema nervioso autónomo o neurovegetativo, tiene como localización en la estructura anatómica del cerebro humano, la zona subcortical, es decir precede al desarrollo de la corteza cerebral.
El sistema nervioso autónomo o neurovegetativo, comienza su desarrollo y actuación a partir de la creación del individuo humano, rige su evolución durante la gestación y es el que predomina en la existencia hasta el nacimiento. Tiene su localización anatómica en la zona situada debajo de la corteza cerebral. Y por lo mismo corresponde al subconsciente y al inconsciente del ser humano.
El segundo elemento de la capacidad sensible, es el instinto de conservación de la vida humana, que tampoco es de naturaleza conciente.
Y el tercer elemento de la capacidad sensible, es la capacidad afectiva, en esencia el sentimiento humano origen de la creación del individuo humano y de mantener su existencia mientras vive.
La función verdadera y básica, aunque tampoco conciente, es la de vincular anatómicamente todos y cada uno de los elementos que materialmente originan el individuo humano y de relacionar su funcionamiento fisiológico, para que mantenga su existencia.
Al no estar el sistema nervioso autónomo o neurovegetativo, regulado por la corteza cerebral que comienza su desarrollo y empleo luego del nacimiento a partir del desarrollo de la capacidad sensorial y de la intelectual, que emplea el sistema nervioso central, encargado de relacionar el mundo interior del individuo humano con el medio social, y que de la complementación de ambas capacidades, se origine la corteza cerebral, donde quedan registrados como memorias, los estímulos que estas dos capacidades, captan y perciben del medio exterior social (conciencia).
Es decir, su funcionamiento se origina previamente al desarrollo de la corteza cerebral que da lugar a lo que conocemos como consciencia. Por lo cual es de naturaleza esencial, no intelectual y por lo mismo involuntario.
En consecuencia la creación de vida humana, y de su existencia mientras viva, es el sentimiento humano. Y ello emplea como elementos imprescindibles los procesos de cooperación (entre óvulo y espermatozoide), de complementación (de las informaciones genéticas) y de participación inconsciente de todo aquello que existe en el universo.
Solo a partir del nacimiento, el desarrollo y el accionar de la capacidad sensorial y de la intelectual, inicia el proceso de comparación, de rivalidad, de lucha por la supervivencia, y como todo ello, altera el funcionamiento de los componentes de la capacidad sensible, el sentimiento humano que contribuyó a la creación del individuo, es desplazado por el desarrollo del resentimiento que se provoca a nivel social.
Resentimiento que cuenta entre otras variedades al odio, la rencor, al desprecio, al deseo de venganza y a la violencia como elemento ejecutor de este resentimiento.
En consecuencia, si verdaderamente buscamos el origen del odio, en primer lugar no corresponde considerarle un sentimiento, y en segundo lugar, se inicia a partir del nacimiento y del desarrollo y empleo de la conciencia, pero por desconocer la existencia y el funcionamiento previo de la capacidad sensible cuyo elemento esencial es la energía vital parte de la energía del universo, que originó la creación de todo individuo humano, que es el sentimiento.
Además se comenta que “Nunca se ha estudiado a fondo el origen del odio entre personas, según Jim Mohr, de la Gonzaga University, que está desarrollando una nueva carrera académica enfocada en ese tema. El objetivo es explicar una condición que afecta a la humanidad desde que en la época de las cavernas un individuo miró con recelo a otro”.
La Humanologia, disciplina y método científico, que investiga en el mundo interior del individuo humano, el papel que desempeñan las tres capacidades encargadas de conducir las energías que dan origen a la de vida, propone tener en cuenta que la primera capacidad que interviene en su creación, es la capacidad sensible.
La capacidad sensible, cuenta con tres elementos imprescindibles para su funcionamiento. Elementos de naturaleza esencial e inconsciente y por lo mismo involuntarios.
El primero esta compuesto por las variaciones emocionales, que emplea para movilizar las energías vitales, el sistema nervioso autónomo o neurovegetativo, tiene como localización en la estructura anatómica del cerebro humano, la zona subcortical, es decir precede al desarrollo de la corteza cerebral.
El sistema nervioso autónomo o neurovegetativo, comienza su desarrollo y actuación a partir de la creación del individuo humano, rige su evolución durante la gestación y es el que predomina en la existencia hasta el nacimiento. Tiene su localización anatómica en la zona situada debajo de la corteza cerebral. Y por lo mismo corresponde al subconsciente y al inconsciente del ser humano.
El segundo elemento de la capacidad sensible, es el instinto de conservación de la vida humana, que tampoco es de naturaleza conciente.
Y el tercer elemento de la capacidad sensible, es la capacidad afectiva, en esencia el sentimiento humano origen de la creación del individuo humano y de mantener su existencia mientras vive.
La función verdadera y básica, aunque tampoco conciente, es la de vincular anatómicamente todos y cada uno de los elementos que materialmente originan el individuo humano y de relacionar su funcionamiento fisiológico, para que mantenga su existencia.
Al no estar el sistema nervioso autónomo o neurovegetativo, regulado por la corteza cerebral que comienza su desarrollo y empleo luego del nacimiento a partir del desarrollo de la capacidad sensorial y de la intelectual, que emplea el sistema nervioso central, encargado de relacionar el mundo interior del individuo humano con el medio social, y que de la complementación de ambas capacidades, se origine la corteza cerebral, donde quedan registrados como memorias, los estímulos que estas dos capacidades, captan y perciben del medio exterior social (conciencia).
Es decir, su funcionamiento se origina previamente al desarrollo de la corteza cerebral que da lugar a lo que conocemos como consciencia. Por lo cual es de naturaleza esencial, no intelectual y por lo mismo involuntario.
En consecuencia la creación de vida humana, y de su existencia mientras viva, es el sentimiento humano. Y ello emplea como elementos imprescindibles los procesos de cooperación (entre óvulo y espermatozoide), de complementación (de las informaciones genéticas) y de participación inconsciente de todo aquello que existe en el universo.
Solo a partir del nacimiento, el desarrollo y el accionar de la capacidad sensorial y de la intelectual, inicia el proceso de comparación, de rivalidad, de lucha por la supervivencia, y como todo ello, altera el funcionamiento de los componentes de la capacidad sensible, el sentimiento humano que contribuyó a la creación del individuo, es desplazado por el desarrollo del resentimiento que se provoca a nivel social.
Resentimiento que cuenta entre otras variedades al odio, la rencor, al desprecio, al deseo de venganza y a la violencia como elemento ejecutor de este resentimiento.
En consecuencia, si verdaderamente buscamos el origen del odio, en primer lugar no corresponde considerarle un sentimiento, y en segundo lugar, se inicia a partir del nacimiento y del desarrollo y empleo de la conciencia, pero por desconocer la existencia y el funcionamiento previo de la capacidad sensible cuyo elemento esencial es la energía vital parte de la energía del universo, que originó la creación de todo individuo humano, que es el sentimiento.
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